FERTILIZANTES
Un suelo bien nutrido es la base de una buena cosecha. Por eso, te ofrecemos fertilizantes de alta calidad, diseñados para potenciar el crecimiento de tus cultivos y mejorar el rendimiento de tu tierra.
Contamos con una línea completa de fertilizantes ideales para todo tipo de cultivos: agrícolas, frutales, hortalizas y más. Nuestras fórmulas están pensadas para brindar una nutrición balanceada, de rápida absorción y adaptadas a las condiciones de tu suelo.
Ya sea que apliques al voleo, por fertirriego o en sistemas más tecnificados, tenemos el producto ideal para ti. Nos enfocamos en ofrecer soluciones que optimizan tu inversión, aumentan la producción y ayudan a mantener la fertilidad del suelo a largo plazo.
El fosfato monoamónico se utiliza principalmente como fertilizante de arranque para los cultivos. Su alto contenido de fósforo es crucial para estimular el desarrollo de las raíces y la floración, etapas fundamentales en el ciclo de vida de la planta. Se aplica al momento de la siembra o poco después, ya sea directamente en el surco o esparcido por el campo. También aporta una pequeña cantidad de nitrógeno, que ayuda en el crecimiento inicial.
El fosfato diamónico es un fertilizante muy versátil y de uso generalizado. Aporta una alta cantidad de fósforo y una cantidad significativa de nitrógeno, lo que lo hace ideal para la mayoría de los cultivos. Se utiliza para la fertilización de fondo antes de la siembra, o como parte de un programa de fertilización en etapas de desarrollo clave. Su relación de nutrientes lo hace adecuado para suelos que necesitan un buen impulso de fósforo junto con nitrógeno.
El sulfato amónico se usa para suministrar nitrógeno y azufre a los cultivos. Es una excelente opción para suelos deficientes en azufre, ya que este nutriente es vital para la formación de proteínas y el desarrollo de la clorofila. A menudo se aplica a cultivos que tienen altas demandas de azufre, como el maíz, el trigo, la colza y hortalizas de la familia de las brasicáceas. También puede ayudar a acidificar ligeramente suelos con pH alto.
El azufre granulado se utiliza como fertilizante para corregir la deficiencia de azufre en el suelo. Se aplica para que el azufre elemental se oxide lentamente en el suelo, liberando sulfatos que las plantas pueden absorber. Este proceso es más lento que con el sulfato amónico, lo que proporciona una nutrición de azufre sostenida. También se utiliza para acidificar suelos alcalinos.
La bentonita de azufre es una forma mejorada del azufre granulado para uso agrícola. La bentonita facilita la desintegración de los gránulos cuando entran en contacto con la humedad del suelo. Esto acelera el proceso de oxidación y liberación del azufre, permitiendo una nutrición más eficiente y gradual para los cultivos. Se aplica como fertilizante para corregir deficiencias de azufre en el suelo.
El polvo de azufre tiene un doble uso en la agricultura. Se puede usar como enmienda del suelo para acidificarlo y proveer azufre. Sin embargo, su uso más común es como fungicida y acaricida, ya que sus partículas finas se adhieren a las plantas para controlar plagas y enfermedades fúngicas como el oídio.
El nitrato amónico es un fertilizante que aporta una fuente de nitrógeno altamente eficiente. La forma comprimida de alta densidad se utiliza para la fertilización de los cultivos que requieren una liberación constante y prolongada de nitrógeno. Se aplica en suelos y climas donde se necesita una fuente de nitrógeno fácilmente disponible para el crecimiento vegetativo, ya que contiene nitrógeno en sus formas amoniacal y nítrica.
El ácido sulfúrico no se usa directamente como fertilizante. Sin embargo, es un componente clave en la producción de muchos fertilizantes, como los superfosfatos (fosfatos solubles) y el sulfato amónico. En algunos casos, se usa para ajustar el pH de suelos muy alcalinos, haciéndolos más aptos para ciertos cultivos. Esto mejora la disponibilidad de nutrientes para las plantas. Este componente también puede ser usado en diferentes industrias.